Lo que la muerte me enseñó de la fotografía

El 19 de abril de 2023 es un día que cambió mi vida por completo.

Puedo decir con toda confianza que la que hoy yo soy, no es la misma que era antes de ese día llegar.

Recuerdo que estaba sentada en mi escritorio sintiéndome incómoda por el desorden que tenía en mi espacio de trabajo.

Fun fact: Mis espacios son un reflejo de cómo está mi mente. Si tengo mucho stress o muchas cosas que hacer, así mismo estará mi home studio, la casa, etc.

No había pasado mucho tiempo desde el último mensaje que tenía en mi WhatsApp sobre las novedades en cuanto a la salud de una hermana por la que habíamos estado orando en mi iglesia; cuando de repente llegan muchas notificaciones a la vez, fruto de que varios grupos estaban activos.

Cuando tomo mi celular para ver por qué tanta actividad, me encuentro con las siguientes palabras:

Nuestra hermana ha partido con el Señor…

Pasan 2 minutos y comienza a sonar mi teléfono por una llamada. La contesto y es mi papá que me dice:

Doña Atala (una vecina muy querida)…ya murió.

En ese momento sentí como si el tiempo se hubiese detenido y todo se puso en perspectiva.

Fue una de esas ocasiones en las que sientes como que acaba de pasar un temblor de tierra y todavía te sientes aturdido y confundido.

2 muertes en un mismo día… wow

Esto a mi me sacudió y comencé a pensar en todas las cosas que había dejado para después, en todos los proyectos que por algún tipo de miedo, no había comenzado e incluso pensé en aquellas personas que por los oficios del día a día tenía mucho sin contactar.

Ese día, mi vida cambió.

Entendí y asimilé que ciertamente ninguno de nosotros sabe hasta cuándo estaremos en esta tierra y por lo tanto, debemos aprovechar cada día, cada segundo que el Señor nos concede aquí.

Angie (la hermana que mencioné primero), tenía 3 niños, era joven y a penas tenía 4 o 5 años con su esposo.

Doña Atala ya era una señora mayor que había vivido muchos años, siendo el gran testimonio del gozo que produce conocer a Jesús y entiendo que por eso, su partida nos entristeció a todos.

Puedo decir que a partir de ese 19 de abril, comencé a valorar mucho más a mi familia, mi vida y las circunstancias en las que Dios me tenía en ese momento y me tiene ahora.

Aprendí que estamos en esta tierra para hacer algo mucho más grande que simplemente vivir y ver los días pasar.

Aprendí que si tengo metas, sueños y proyectos que encienden mi corazón día tras día, año tras año, es porque Dios los puso ahi y está esperando que yo actúe para Él manifestarse por medio de esas obras que me mandó a hacer.

Y finalmente, si antes yo valoraba la fotografía, ese día ese sentimiento se multiplicó por el infinito, porque agradecí por las fotos que quedaron de cada una de esas mujeres hermosas y que nos ayudarán a recordarlas cada vez que sus rostros vayan desvaneciendo en nuestra memoria.

La fotografía es el medio más bello que Dios me permitió encontrar, para documentar la vida y las experiencias que nos hacen quienes somos. Eso no lo cambio por nada.

El 19 de abril de 2023 fue un día muy triste pero a la vez, muy transformador y decisivo, si puedo usar esa palabra, y yo le doy gloria al Señor por haber usado las vidas de mis dos hermanas en la fe para impactar, no sólo mi vida, sino las vidas de todos aquellos que pudimos ser ministrados por cada una de esas mujeres a las que Dios les dio el hermoso privilegio de ser llamadas sus hijas.

La vida es sumamente corta, ¿Estás viviendo la tuya con intención o sólo estás viendo los días pasar? Espero que esto que yo viví ponga tu vida en perspectiva también.

Dios te bendiga,

0 Comments

Your email address will not be published. Required fields are marked *